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25 de enero de 2011

You Go to My Head

La forma en que no estás es aplastante
La tierra fue devuelta al panteón donde nunca descansarás
El cuarto se incendia de veladoras que nunca intoxicaron tu cuerpo con su fragancia pegajosa
La poesía no fue la respuesta, menos la pregunta
El techo sobre mi está infestado de arcilla que moldea mi mente
No hay más vino para consagrar ni luces brillantes para los festejos
Sólo nos queda una lúgubre morada repleta de tu ausencia
de esas sonrisas que no se volverán a formar en la boca que dejaste de tener
esa boca que teñí de rosa antes de las seis
de los parpadeos y el brillo de tus ojos
esos que no querían dejar de ver y fueron sometidos
Nos queda un millar de ímpetus aplacados que se irán borrando tan lentamente como tú

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