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26 de noviembre de 2010

Lemonade

Recuerdo cuando era niña y me alejaban de ti, me recuerdo llorando y pidiendo por ti, hincada frente a la cama, hablando al vacío, pidiendo por ti. Hoy, al menos 15 años han pasado y otra vez estoy frente a la cama, sujetando tu mano cálida, captando cada respiración; mis rodillas no son lo de antes, duelen, tú no eres la de antes, dueles. El cuarto es tan inmenso en la oscuridad y tu mirada se pierde en ella, te me quedas viendo como intentando recordar pero ya ves a los fantasmas de la puerta, aprietas duro la mandíbula para que se vayan y sólo se acercan más, llegas a confundir mi mano con la suya, ahora soy yo quien se aleja. Seguiré hincada hasta que me sangren los pies, seguiré hasta que el Dios a quien imploraba en la infancia, por ti, me escuche; quizás ya no crea en él (ni en la magia o la ciencia), pero la niña de mi recuerdo aún lo hace. Las dos seguiremos hincadas hasta quedar sin piernas, hasta que deje de doler.

8 de noviembre de 2010

Tú me acostumbraste

¿Qué hacer frente a la muerte? Qué hacer frente a tu rostro mancillado, tus párpados caídos, pesados, tu sombra recostada en el sillón rojo de la sala, qué hacer ante las letras que escapan de tu boca buscándose perdidas, ante tu apetito saciado y tu mente confusa. No te has ido y ya te extraño, te extraño mientras toco tu cabeza y palpo tus tumores, te extraño mientras veo tu ceño fruncido, tus gestos doblegados por el dolor y no puedo dejar de preguntarme ¿Qué hacer ante esto? Cómo viviré sin ti, cómo seguiré sin ti, qué pensaré y qué significado tendrán las cosas si ahora que te veo ahí, perdida en tus cabellos, sola quiero quedarme en ellos. Veo las luces, los colores, las cosas y no dejan de ser simples entes, todo aquello que alguna vez pareció importante se convierte en una masa amorfa, ¿para qué sirve el dinero si ya no estarás? Intento hundirme en los canales del televisor y con ellos atrofiarme, pero no, no quiero, quiero, no, te quiero, quiero que no te vayas, no, no te vayas, déjame a mi la furia pero quédate.

5 de noviembre de 2010

Deseo todo aquello que me está prohibido.
Conduzco sauzgatillos al margen de la cordura, tres mil páginas de orina saturando pliegues, burlando santos de mezcal, supurando rojo de las llagas que me quedaron en los párpados, de las escamas que me arrancaste para hacerte un collar,uno que cubriera tus pechos y me expulsara del rictus de tu vagina. Vuelve a lamer el amarillo de mis mejillas, golpea, otea, golpea, hojea, gotea, gotea, gotea...