• RSS

25 de enero de 2011

You Go to My Head

La forma en que no estás es aplastante
La tierra fue devuelta al panteón donde nunca descansarás
El cuarto se incendia de veladoras que nunca intoxicaron tu cuerpo con su fragancia pegajosa
La poesía no fue la respuesta, menos la pregunta
El techo sobre mi está infestado de arcilla que moldea mi mente
No hay más vino para consagrar ni luces brillantes para los festejos
Sólo nos queda una lúgubre morada repleta de tu ausencia
de esas sonrisas que no se volverán a formar en la boca que dejaste de tener
esa boca que teñí de rosa antes de las seis
de los parpadeos y el brillo de tus ojos
esos que no querían dejar de ver y fueron sometidos
Nos queda un millar de ímpetus aplacados que se irán borrando tan lentamente como tú

15 de enero de 2011


"...Nada se compara a esa leyenda de semillas que deja tu presencia
A esa voz que busca un astro muerto que volver a la vida..."





8 de enero de 2011

Autorretrato - Adam Zagajewski

Entre ordenador, lápiz y máquina de escribir
se me pasa la mitad del día. Algún día se convertirá en medio siglo.
Vivo en ciudades ajenas y a veces converso
con gente ajena sobre cosas que me son ajenas.
Escucho mucha música: Bach, Mahler, Chopin, Shostakovich.
En la música encuentro la fuerza, la debilidad y el dolor, los tres elementos.
El cuarto no tiene nombre.
Leo a poetas vivos y muertos, aprendo de ellos
tenacidad, fe y orgullo. Intento comprender
a los grandes filósofos -la mayoría de las veces consigo
captar tan sólo jirones de sus valiosos pensamientos.
Me gusta dar largos paseos por las calles de París
y mirar a mis prójimos, animados por la envidia,
la ira o el deseo; observar la moneda de plata
que pasa de mano en mano y lentamente pierde
su forma redonda (se borra el perfil del emperador).
A mi lado crecen árboles que no expresan nada,
salvo su verde perfección indiferente.
Aves negras caminan por los campos
siempre esperando algo, pacientes como viudas españolas.
Ya no soy joven, mas sigue habiendo gente mayor que yo.
Me gusta el sueño profundo, cuando no estoy,
y correr en bici por caminos rurales, cuando álamos y casas
se difuminan como nubes con el buen tiempo.
A veces me dicen algo los cuadros en los museos
y la ironía se esfuma de repente.
Me encanta contemplar el rostro de mi mujer.
Cada semana, el domingo, llamo a mi padre.
Cada dos semanas me reúno con mis amigos,
de esta forma seguimos siendo fieles.
Mi país se liberó de un mal. Quisiera
que le siguiera aún otra liberación.
¿Puedo aportar algo para ello? No lo sé.
No soy hijo de la mar,
como escribió sobre sí mismo Antonio Machado,
sino del aire, la menta y el violonchelo,
y no todos los caminos del alto mundo
se cruzan con los senderos de la vida que, de momento,
a mí me pertenece.

Versión de Elzbieta Bortkiewicz

1 de enero de 2011

I Put A Spell On You

Nina Simone, vino blanco, personas huyendo.
I love you and I see you die.
Mañana las cosas pasarán y no tendré más miedo, no guardaré el dolor en los frascos de la cocina, mañana será nuestra oportunidad, viajaremos lejos lejos, lloraremos lejos lejos y los cerros nos cantarán.
I let you die, there's nothing I can do.
Te dejo partir, te dejo ver el reloj con las colas de cocodrilo tornándose rojas, te dejo mis pensamientos desordenados y la gota salada de las doce.